La virtualización 3D aplicada a los museos nos permite desarrollar nuevas formas de documentar, estudiar y difundir sus colecciones, como ya hemos visto en otras ocasiones.
Desde ahora, un nuevo museo se une a la red de colecciones virtuales accesibles en 3D a través de Sketchfab, compuesta por más de 600 instituciones culturales entre las que tengo el placer de haber creado algunas como la del Museo Arqueológico Nacional o la del Museo Archeologico Nazionale di Napoli y de haber colaborado en otras muchas más.
Vilamuseu, dirigido por Antonio Espinosa Ruiz, ha comenzado un camino firme y convencido hacia un futuro ya muy presente en el que sus piezas van a ser más accesibles que nunca. La colección virtual de Vilamuseu comenzará con ocho piezas entre las que se cuentan una falcata ibera, pequeños amuletos egipcios y un lingote de plomo del pecio romano Bou Ferrer. Las piezas estarán disponibles de forma escalonada en su perfil oficial, que ya puedes seguir.
Esta institución, plenamente volcada con la accesibilidad al integrar numerosos recursos que permiten a las personas con discapacidad disfrutar de sus colecciones de forma completa, añade un importante elemento adicional a su exposición gracias a la documentación fotogramétrica de sus piezas: se trata de la impresión 3D.
La impresión 3D, también realizada por Néstor F. Marqués, nos permite descubrir las piezas con nuevos sentidos. Las piezas virtualizadas se han reproducido para permitir que personas con discapacidad visual puedan disfrutar el patrimonio, comprendiendo que a pesar de no poder tocar las piezas originales, estarán sintiendo reproducciones de alta precisión geométrica.
Esta tecnología es capaz de reproducir los modelos 3D a tamaño real o incluso a mayor escala, como es el caso del amuleto egipcio que acompaña estas líneas. Se trata de una pieza tan pequeña que es difícil que cualquier visitante comprenda su interesante iconografía. Su reproducción, doce veces mayor que el natural, impresa en plástico reciclable PLA y pintada a mano en el laboratorio de restauración del museo, consigue una integración completa a la hora de comprender los porqués de sus símbolos protectores.
Cualquier visitante, no solo las personas con ceguera, puede tocar, experimentar y comprender mejor los objetos sin que los originales se deterioren lo más mínimo. El caso de una espectacular falcata ibera de 60 cm de longitud también es destacable, puesto que se trata de una pieza muy frágil pero muy interesante. Al poder empuñarla, es posible reconocer mejor sus características y fisonomía, por otra parte difíciles de comprender para los invidentes a través de una mera descripción. Aquí se pueden ver dos réplicas tal y como quedan después del proceso de impresión 3D a partir del modelo fotogramétrico de alta resolución.
La impresión 3D nos abre un nuevo mundo de posibilidades que comienza aplicando la tecnología de virtualización 3D al patrimonio. Ambas tecnologías tienen aun más aplicación si cabe cuando las enfocamos a la accesibilidad al patrimonio, suponiendo toda una revolución para el acceso visual y háptico, muy especialmente en el caso de objetos de tamaño muy pequeño o muy grande, al permitir la impresión 3D los cambios de escala para aumentar o reducir las piezas. Si quieres saber más, no dudes en visitar el resto de esta web y mi perfil en Sketchfab, en el que encontrarás otros muchos proyectos realizados recientemente.
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